«No eres más que un poco de agua salada. En eso consiste tu sustancia. La humanidad es otra forma de mar, y la sabiduría estriba en conocer y explorar el mar que cada uno lleva dentro… El alma es una suave deriva interior, una corriente de agua azul que te traspasa….

Saber que cualquiera es mar tiene también otra cualidad: uno navega a los demás seres cuando los ama. No pienses, no esperes nada, intenta sólo experimentar el tiempo a modo de suave marea que conduce a aquella bahía siempre prohibida que soñaste un día, y una vez allí espera que las olas rompan contra tu memoria.»

Manuel Vicent. (Del Café Gijón a Ítaca).